miércoles, 4 de febrero de 2009

Los Tigres pueden a Cardenales

La victoria de los Tigres en el sexto juego de la final contra los Cardenales, el martes, en el estadio Antonio Herrera Gutiérrez, no sólo le dio su séptima corona a los felinos, sino que ratificó a Aragua como una de las más grandes dinastías en la historia del beisbol profesional venezolano.


Alex Delgado celebra con el trofeo de campeones (María Isabel Batista)
Estos bengalíes que se han llevado cuatro de los últimos cinco títulos igualaron a dos grandes: los desaparecidos y legendarios Industriales de Valencia y los Leones del Caracas. Los primeros ganaron sus cuatro lauros entre las temporadas 55-56 y 60-61; los segundos reinaron entre la 77-78 y la 81-82.
Hay una diferencia sorprendente entre aquellas escuadras y esta: esas estaban pobladas de estrellas. Elio Chacón, Emilio Cueche, Julio Ladera, Teodoro Obregón, Gustavo Gil, Teolindo Acosta, puros héroes de los tiempos fundacionales de esta pelota, militaron con el Valencia, mientras que el Caracas implantó su dictadura sobre los hombros de astros como Antonio Armas, Baudilio Díaz, Ubaldo Heredia, Jesús Marcano Trillo y Leonardo Hernández.
Sólo Miguel Cabrera sobresale en el roster de los Tigres, una nómina poblada de prospectos de grandes ligas, veteranos del circuito y un puñado de ligamayoristas que aún no se han estabilizado en la gran carpa. Es una novena modesta, pero al mismo tiempo implacable, que aprendió a ganar y desde entonces no ha soltado a su presa.
Una gerencia capaz de poner juntas esas piezas, de seleccionar con eficacia importados y refuerzos y de respaldar la mano firme del manager Buddy Bailey hizo el resto. Bailey no es popular en la cueva, nunca lo ha sido; pero en cambio ha sabido alternar a sus hombres y poner a jugar a casi todo el mundo, con la única condición de hacer el trabajo.
Contar con el mejor pitcheo del país también ayuda. Aragua lo ha tenido desde que empezó su racha triunfal y el último duelo de la final fue otra prueba de ello. Lara no pudo descifrar los envíos rayados y cedió 9 por 2.
La agonía crepuscular escondió los arrestos de una divisa que volvió a ser ganadora gracias a la mezcla de una generación talentosa y joven con varios sobrevivientes de la exitosa década anterior. El manager Luis Sojo tendrá un momento para la revancha. Cuenta con un conjunto listo para pelearle a sus adversarios felinos el derecho a implantar otra dinastía.
Ahora no será cuando se ponga en duda el reinado de los bengalíes, sin embargo. Ahora es tiempo de reconocer al equipo que mejor ha jugado al beisbol en el último lustro, uno con seis finales consecutivas y que volvió a demostrar en el terreno que lo importante no es tener un lineup con grandes nombres, sino salir al campo dispuestos a morir o matar.
Eso hicieron en Barquisimeto. Y por eso Venezuela aplaude a su últimamente conspicuo representante en la Serie del Caribe.